sábado, 10 de enero de 2009

Reflexiones al llegar el final

Acabo de ver tu regalo y pensé en guardarlo, en mantener su aroma hasta el momento que sea una anciana contando historias de héroes jóvenes, desee que de mi memoria no se borre ni un instante, ni las sonrisas, ni las lagrimas, ni tus frases y comprendí que el punto final llego.

Hace poco más de un año renuncie a ser la sanadora de tus heridas sin saber que me convertirías en una pieza fundamental de tu vida. Nunca quise oír motivos, ni razones, tampoco los nombres de las huellas sobre la arena, ni los títulos de nuestra vida, lo nuestro existió y sin darnos llegamos donde estamos.

Me volviste indispensable porque me moldeaste a tu medida, me enseñaste a sostener tu cabeza, a acomodarme en tu sillón, a escuchar tus conversaciones retoricas, a confortar tus inseguridad, a disfrutar de la emisora de rock, a recordar las películas, la música de fondo, a callar cuando los celos me invadían y acompañarte en cada nuevo reto que te proponías.

Luego de tres años comprendiste lo que quería, lo que soy, lo que tu quisiste que yo sea, y tras recorrer los recuerdos y los lugares, caí en cuenta que nunca tuvimos una canción, que nuestro lugar especial cerró y quizá nuestra memoria también se borre; que nunca bese tus ojos mientras dormías ni llegue a ser la mujer de tus pupilas.

Fuiste mi amigo, mi compañero, mi amante, me hiciste reír, me hiciste llorar, llegue a amarte y a desear que no volvieras nunca más, creaste dudas con tu silencio que el miedo me impidió gritártelas y luego de todo me pides que al final de tu vida me presente como la mujer más importante de ella. ¿Cuánto durará esa promesa?.

Y ahora estas saliendo de mi vida, sin honores y sin deshonra, ni siquiera hemos dicho adiós, solo se que no estarás aquí, que nuestras conversaciones terminaron, que la cama no nos acogerá una ocasión más y que no se cuando volverá tu perfume ni en que circunstancias.

Si me preguntas acerca de este final te diré que es mediocre, quizá porque los escasas líneas que aun tenemos por escribir no nos llevaran más allá de lo que llegamos, porque nuestra historia la escribimos en esta ciudad y a tu partida el cielo no nos brindo ni una estrella ni nuestros labios rozaron el último beso.

El del miedo a la soledad eras tú y ahora soy yo quien llora tu ausencia.


miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tanto la queria, que tarde en aprender a olvidarla, 19 días y 500 noches

19 días y 500 noches
Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks,
en vez de fingir,
o estrellarme una copa de celos,
le dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,
ladrando, a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios,
la miel en los labios
y escarcha en el pelo.

Tenían razón
mis amantes
en eso de que, antes,
el malo era yo,
con una excepción:
esta vez,
yo quería quererla querer
y ella no.
Así que se fue,
me dejó el corazón
en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...
uno por mejilla.

Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas,
a las cenicientas
de saldo y esquina,
y, por esas ventas
del fino Laína,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando
la bolsa y la vida
la fui, poco a poco,
dando por perdida.

Y eso que yo,
para no agobiar con
flores a María,
para no asediarla
con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla
con bisutería,
ni ser el fantoche
que va, en romería,
con la cofradía
del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.

Dijo hola y adiós,
y, el portazo, sonó
como un signo de interrogación,
sospecho que, así,
se vengaba, a través del olvido,
Cupido de mí.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
porque ya no le importa...
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.

Me abandonó,
como se abandonan
los zapatos viejos,
destrozó el cristal
de mis gafas de lejos,
sacó del espejo
su vivo retrato,
y, fui, tan torero,
por los callejones
del juego y el vino,
que, ayer, el portero,
me echó del casino
de Torrelodones.
Qué pena tan grande,
negaría el Santo Sacramento,
en el mismo momento
que ella me lo mande.



Pese al tiempo no te olvido, te llevaste mi corazón en tu valija y me abandonaste en esta ciudad llena de recuerdos

sábado, 22 de noviembre de 2008

Menos que un amor y más que un amigo

Jarabe de palo me hizo recordar uno de los traumas creados por la mezcla de sentimientos medianamente o no correspondidos, esta canción tiene un nombre y un apellido. Lastima que nunca comprendimos lo que vivimos.

Menos que un amor y más que un amigo

Qué bien que al fin dejamos de ser dos buenos amigos!
el amor nos volvió completos desconocidos
y descubrimos que éramos totalmente distintos
empezar de nuevo a pesar del tiempo vivido.

Me cansé de ser,
tu hermano mayor,
tu mejor amigo,
tu socio, tu confesor.

Me cansé de ser
experto en el amor
que sentías por otros
otros que no eran yo.

Empezar a querer como nunca había querido
descubrir una parte de ti que no había conocido
y encontrar otro mundo ahí detrás
que me habías escondido
y jugar a esos juegos que tu me tenías prohibidos.

Me cansé de ser..

Me cansé de hacer
de sabio profesor
de contarte historias
que no me creía ni yo.

Me cansé de poner
cara de comprender
de darte consejos
y de no decirte que yo..

Me cansé de hablar de amor y de no hacerlo contigo
me cansé de recoger lo que sobraba de tus líos
de no ser el que cada noche te quitaba el vestido
me cansé ser menos que un amor,
..y más que un amigo


martes, 21 de octubre de 2008

Crónicas

Septiembre

Recuerdo y no comprendo como nos conocimos,
me encontraste tú? te encontré yo?,
no importa.


Octubre

Primera cita,
una noche de risas, música y café.
Se huele la coquetería,
esto tiene caducidad


Diciembre

Te has fugado del trabajo para estar conmigo,
me agrada.
El museo es el observador de nuestros juegos,
los roces aun nos provocan rubor.


Febrero

Estoy ilusionada,
te extraño a diario.
Pero no entiendo tu negativa
a conocer mi lado triste.


Marzo

Rodeados de luces y colores,
me encanta como te ves de celeste.
Un beso robado,
volvemos a tener 14 años.


Abril

Quiero que seas parte de mi vida
y tú, quieres ser parte de ella?
Tu indiferencia me desconcierta.


Junio

Lo nuestro es un juego,
es una dependencia social,
siento que soy tu trofeo,
dudo de mis sentimientos.


Agosto

Sábado mágico,
risas, juegos y niños,
tú y yo corriendo bajo la lluvia,
esto es felicidad.


Septiembre

No se como llegue aquí,
toda la familia me observa,
me asusta las palabras que escucho,
tengo miedo a la estabilidad.


Octubre

La tarde, la niebla, el frio,
eres mi dueño.


Diciembre

Navidad,
una fecha incomoda cuando no tienes títulos.
Año nuevo,
siento que esto se acaba.


Febrero

Pese a todo te extraño,
te quiero de vuelta.
La costumbre es confusa.


Marzo

La necesidad de vernos es grande,
otra vez tú y yo,
la charla esta de más,
nunca aprendí a amoldarme a tus brazos.


Mayo

Un encuentro forzado,
rehuyo a tus besos,
no hace faltan las palabras,
se termino.



lunes, 20 de octubre de 2008

Durmiendo con un Extraño

Cayo la noche hace mucho,

llegas por mí como si lo hubieras planeado por un largo tiempo,

corremos hacia nuestro destino

yo también lo planee.

Conozco este lugar,

me dejas libre como si fuese la dueña,

me vigilas, me acechas,

tú en un rincón yo en el otro,

estoy usando tu pijama.

Decenas de noches compartimos antes,

esta invitación es distinta,

quiero dormir a tu lado...

Tus manos en mi espalda,

yo juego con tu cabello,

las barreras ya no existen,

somos uno solo.

Me recuesto en el oeste de la cama,

tú te apoderas del este,

la distancia es una fría tortura,

estoy durmiendo con un extraño.

La mañana es gris en mayo,

el agua caliente no calma el dolor de mi alma,

me observas fingiendo dormir,

tan solo te atreves a preguntar si estoy bien.

Te busco de nuevo,

la cama es helada,

te miro y no te reconozco,

me tengo que ir.

No sabes que decir,

yo no quiero escuchar,

te atreves a tomar posesión hasta de mi nombre,

y me quedo vacía,

el vigilante me dice Buenos Días...